16/10/10

POSMODERNIDAD ParaVattimo

La Condición Posmoderna


Para Vattimo la posmodernidad es algo más que la simple superación del metarrelato[1] de la emancipación humana estipulado por la modernidad – específicamente por la Ilustración -. Para el filósofo de Turín la posmodernidad fue iniciada, primero por Nietzsche al proclamar la muerte de Dios, y posteriormente posibilitada por Heidegger al mostrar que el ser no posee una condición de trasendentalidad.

Vattimo interpreta a estos dos filósofos de la siguiente manera: al proclamar Nietzsche la muerte de Dios, no solo posibilita el derrumbe del edificio moral de occidente, aun más, representa la superación de la metafísica. En efecto, tras la muerte de Dios se descubre la muerte de la trascendencia, Dios muere en la medida en que el saber ya no tiene necesidad de llegar a las causas últimas, en que el hombre no necesita ya creerse con un alma inmortal[2]. No hay pues, necesidad de seguir creyendo que existe un fundamento verdadero y ultimo de toda realidad, lo único que queda es la verdadera condición de lo humano, su vitalidad.

Por lo que respecta a Heidegger[3], el ser como transcendens ya no es más considerado el principio de toda realidad, ahora es entendido en términos de temporalidad, de acaecer en los dominios de la facticidad. Es decir, el ser no está más allá de los entes, al contrario, se encuentra en los entes, acontece y muere con ellos. El hecho de la facticidad revela la condición de temporalidad, el estar en el tiempo: ser-en-el-mundo, ser sido, ser proyecto, que específicamente referidos a la condición del hombre (óntico-ontológico), Dasein, nos revelan a éste en su condición de particularidad.[4]

Ahora bien, volvamos al tema principal. Como se dijo al principio, Vattimo no solo acepta la superación del metarrelato de emancipación, sino que lo lleva aun más allá, al horizonte de la temporalidad. Esto es posible atendiendo a la naturaleza del metarrelato de emancipación. Consideremos pues la naturaleza de éste: el gran relato de la modernidad consiste en la emancipación del hombre de sí mismo, esto es, llevar al hombre al desarrollo de su naturaleza racional – libertad del pensamiento[5] – que se hace posible gracias la idea de progreso, que se inserta así mismo en la posibilidad de una historia universal de la humanidad. En este sentido, podemos hablar de dos formas de emancipación de la racionalidad humana; la que apunta al saber por el saber (como contemplación), y la que tiene como finalidad la libertad, la igualdad, la justicia, bienestar, etc.[6]
Estos caracteres, que legitiman el discurso de la emancipación[7], proponen una visión unitaria[8] de la realidad, cuya coronación seria, precisamente, una historia universal. Pero, a raíz de los acontecimientos bélicos del siglo XX, ya no es posible, para algunos pensadores[9], seguir sosteniendo el gran relato de emancipación. Con Auschwitz, se inicia, pues, la era de la posmodernidad. Pero para Vattimo no es tan simple, la posmodernidad no inicia con Auschwitz, ésta es el evento que pondrá de manifiesto el fin de la modernidad que había venido anunciándose con Nietzsche y Heidegger, son estos los profetas de la posmodernidad.[10]

En efecto, la proclama de la muerte de Dios cobra ahora sentido[11], pero más aun las ideas de Heidegger. Pues, si no es posible pensar la realidad en orden a un principio supremo, transcendens, resulta absurda la consideración de una historia unitaria e universal. Ya no se piensa en orden al ser, sino al acontecer, donde cada individuo posee una condición existencial única, particular. Por tanto, es comprensible que para Vattimo las pretensiones de una historia universal estén referidas a la visión de unos cuantos[12], la de los vencedores, y que para lograr la legitimación de dichas pretensiones tengan que recurrir a la violencia[13] es un síntoma más de su imposibilidad. Reafirmando así, la tesis Heideggeriana del acontecer existencial, en el que se fundan la pluralidad de realidades, y por ende, la imposibilidad de una historia universal.

Se entiende, sobremanera, que al eliminar la idea de una historia universal de la humanidad, desaparece también la idea de progreso y la de emancipación, quedando desnudo y deslegitimizado el metarrelato de emancipación.

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